lunes, 2 de febrero de 2009

SWEEZY, CAPÍTULO 8: LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

Introducción
Sweezy expone que Marx siempre tuvo presente el problema de las crisis en el sistema capitalista aunque no hizo un examen sistemático completo sobre el tema.
Esto se debe a que las crisis son demasiado complejas como para ser analizadas según el nivel de abstracción que Marx había utilizado en El Capital. Eso sí, Marx analizó la crisis en los niveles de abstracción más altos.
Por todo esto los partidarios de Marx pusieron mucha atención al problema de la crisis.

1. La producción simple de mercancías y las crisis
La moneda o medio de circulación es lo básico para una sociedad avanzada que ha superado el trueque. La función del dinero es dividir el proceso de cambio de mercancías en dos partes que pueden estar separadas en el tiempo y en el espacio. Con el dinero el productor ya no tiene que perder tiempo buscando mercancías como las suyas, puede vender su producto y comprar lo que necesite posibilitando la especialización que es la base del incremento de la productividad.
Sin embargo, apunta Sweezy, el cambio privado puede llevar a crisis a las que sociedades con economías más simples serían incapaces de hacer frente. Si se produce un corte en el proceso de circulación en uno de sus puntos (separación de compra y venta), esto puede afectar a toda la economía. Se produce entonces la crisis, que consiste básicamente en la acumulación de mercancías que no se venden y necesidades insatisfechas. Es lo que se llama la crisis de sobreproducción, aunque la sobreproducción sea el resultado de la crisis.
Según Sweezy es muy complicado saber cuales son las razones por las que se produce una separación entre compra y venta bajo la producción simple de mercancías y añade que es posible pero improbable que se produzcan crisis.

2. La ley de Say
El autor nos habla de que los economistas clásicos eran incapaces de distinguir entre producción simple de mercancías y producción capitalista. Así se demuestra en la “Ley de los mercados de Say”.
Según esta ley no se puede interrumpir la circulación de mercancías por lo que no puede haber ni crisis ni sobreproducción. Sweezy nos recuerda que es improbable que haya crisis en un sistema de producción simple mientras que esta ley asume la imposibilidad de que haya una crisis, por lo tanto, ahí esta su falsedad.

3. El capitalismo y las crisis
Sweezy comienza diferenciando la producción simple de mercancías y el sistema capitalista:
· En la producción simple una mercancía se intercambia por otra mediante el dinero, la mercancía que es adquirida tiene mas valor de uso que la intercambiada; eso es lo que se busca aumentar el valor de uso, no aumentar el valor de cambio. Esto es lo que explica la improbabilidad de una crisis en este sistema, se produce para el consumo.
· En el sistema capitalista el intercambio comienza con dinero acumulado en cantidad, es decir, capital. Este se lanza a circulación intercambiándolo por fuerza de trabajo y medios de producción y vuelve a aparecer en el mercado en forma de mercancía que se vuelven a transformar en dinero. El capitalista lo que busca es aumentar el valor de cambio que es lo principal y lo que lo diferencia del sistema de producción simple. Por todo esto el sistema capitalista produce para obtener ganancias, y también es más susceptible a las crisis.
Sweezy continúa comentando que los obreros en el sistema capitalista siguen teniendo la circulación del sistema de producción simple, ellos ofrecen su fuerza de trabajo, ésta se convierte en dinero y finalmente el obrero usa ese dinero para adquirir productos para satisfacer sus necesidades. Por tanto, es erróneo pensar que el obrero tiene el mismo objetivo de ganancia que el capitalista.
El autor a continuación nos explica como se producen las crisis en el sistema capitalista, el principal objetivo del capitalista es incrementar su tasa de ganancia. Cualquier interrupción en el proceso de circulación pude iniciar el proceso de sobreproducción. Sweezy nos da dos casos:
· Si la tasa de ganancia se vuelve negativa la producción capitalista dejara de existir, se retirará el capital, se reducirá la circulación y comenzará la crisis y con ella la sobreproducción.
· Si la tasa de ganancia desciende comenzará una reducción de las actividades de los capitalistas.
El capitalista tiene que elegir si devolver el capital a la circulación o conservarlo en forma de dinero. Según como estén las tasas de ganancia de las otra industrias elegirá si seguir invirtiendo o no, pero al aplazar esa inversión es cuando se interrumpe el proceso de circulación y se produce la crisis. Por tanto, los descensos en las tasas de ganancia son los que pueden producir la interrupción de la circulación.

4. Los dos tipos de crisis
Teniendo en cuenta el análisis anterior Sweezy cree que es apropiada la ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancia, las causas de las crisis se producen en función de las fuerzas que actúan sobre la tasa de ganancia.
Existe otro tipo de crisis que se basa en abandonar el supuesto de que todas las mercancías se venden en sus valores de equilibrio, existe la posibilidad de que descienda la lucratividad. Los capitalistas tendrán que vender sus mercancías a un precio menor si se produce en exceso ya que este habrá disminuido, por tanto, la tasa de ganancia también descenderá. Si esto se produce en varias industrias a la vez el resultado será una crisis.

SWEEZY, CAPÍTULO 6: LA TENDENCIA DESCENDENTE DE LA TASA DE LA GANANCIA

1. La formulación de la ley por Marx
A medida que se va produciendo la acumulación de capital paralelamente se va dando una mejora en la mecanización del proceso productivo. El mismo factor trabajo operando con un equipo mas eficiente produce más rendimiento pero a su vez el capitalista tiene que realizar un desembolso en maquinaria y equipo respecto del desembolso total (composición orgánica del capital).
Marx con su Teoría de la Ley quería mostrar los obstáculos por los que la producción capitalista no se desarrollaba indefinidamente. Esta ley consiste básicamente en que la composición orgánica del capital (0) es inversamente proporcional a la tasa de ganancia (g), suponiendo que la tasa de la plusvalía (p’) es constante.
g=p’ (1-o)
Una composición orgánica ascendente significaría que la productividad del trabajo crece pero a su vez es la tasa descendente de la ganancia y el fin del desarrollo capitalista.


2. Las causas contrarrestantes
Para Marx existen 6 “causas contrarrestantes” que anulan la “ley de la tasa descendente de la ganancia”, Sweezy solo examina cinco:
1. Abaratamiento de los elementos del capital constante. El uso creciente de maquinaria eleva la productividad del trabajo pero disminuye el valor por unidad del capital constante. Un aumento en la composición orgánica del capital, hace bajar el valor del capital constante actuando como correctivo.
2. Aumento de la intensidad de explotación. Está relacionado con prolongar la jornada de trabajo. La tasa de la plusvalía aumenta ya que el trabajo necesario se realiza en menos tiempo y se realiza mas trabajo excedente.
3. Depresión de los salarios más abajo de su valor. Los capitalistas reducen los salarios cada vez que pueden.
4. Sobrepoblación relativa. El uso creciente de maquinaria deja a cierto número de trabajadores libres, para que éstos no estén desocupados se crean nuevas industrias en las que la composición orgánica del capital es baja por lo que la tasa de ganancia es alta.
5. Comercio exterior. En el comercio exterior en muchas ocasione se pueden obtener materias primas mas baratas que las producidas en el propio país.


3. Una crítica de la ley
Sweezy se pregunta si es correcta la suposición de que la tasa de la plusvalía permanezca constante. Si aumenta la productividad del trabajo con la tasa de plusvalía constante, aumentarán los salarios reales por lo que esto beneficiaría tanto al trabajador como al capitalista ya que el tiempo que emplea el trabajador para sí y para el propio capitalista es el mismo y los dos se benefician de esta situación. Sweezy duda de que esto sea correcto.
Según Sweezy la productividad del trabajo trae consigo tener trabajadores de reserva, éstos ejercen un efecto depresor de los salarios que a su vez tienden a elevar la tasa de la plusvalía. El trabajo pasado es capital constante y actúa como competidor y, por lo tanto, represor de las demandas del nuevo trabajo. Aunque Marx ya lo menciona en una de las causas contrarrestadoras de la ley, Sweezy mantiene que este efecto es una parte integrante del proceso productivo y no se debe dejar de lado.
El autor demuestra que en multitud de pasajes Marx habla de cómo al aumentar la composición orgánica del capital aumenta la productividad del trabajo y ésta última, a medida que aumenta, va seguida de una más alta tasa de plusvalía. Teniendo en cuenta que tanto la productividad del trabajo como la tasa de plusvalía son variables, entonces sería muy difícil saber hacia donde se dirige la tasa de ganancia. La tasa de ganancia disminuiría si el porcentaje de aumento de la tasa de plusvalía es menor que el porcentaje de disminución del capital variable respecto del capital total (1-composición orgánica del capital),(1-o).
A partir de aquí el autor se cuestiona si Marx ya tuvo en cuenta esto y formuló la tasa de plusvalía como constante ya que la composición orgánica aumentaría mucho mas que ésta y dominaría los cambios en la tasa de ganancia.
Muchos escritores marxistas subsecuentes han tomado la composición orgánica en términos físicos asignándole grandes cambios. Sin embargo Sweezy mantiene que es una expresión de valor, por lo tanto, debido al aumento de la productividad del trabajo de manera constante, no se puede asignar el crecimiento en el volumen de materiales y maquinaria por obrero a los cambios de la composición orgánica del capital.
Sweezy argumenta que no hay ninguna suposición por la que los cambios en la composición orgánica serán tan superiores como para dominar los movimientos de la tasa de ganancia. Por tanto, según palabra de Sweezy “la formulación de la ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancia por Marx no es muy convincente”.
A continuación Sweezy hace una aclaración en la que dice que la tasa de ganancia si puede bajar solo que no se puede demostrar que baje tomando como punto de partida la composición orgánica ascendente del capital. Es más, la acumulación de capital trae consigo una constante disminución de la tasa de ganancia y que el capitalista mediante la introducción de ciertos recursos procura mantener la tasa de ganancia en el nivel anterior a la disminución.

Por último Sweezy mantiene que hay otras fuerzas que tienden a elevar o a disminuir la tasa de ganancia:
1. Sindicatos. Los trabajadores de reserva ya mencionados son un obstáculo importante para los obreros por lo que éstos se agrupan en sindicatos para poder controlar la oferta de trabajo. Por tanto, ejercen un efecto depresor en la tasa de ganancia.
2. Acción del Estado en beneficio de los trabajadores. Son por ejemplo la limitación legal de la jornada de trabajo, el seguro contra el desempleo, etc. Tienden a reducir la tasa de ganancia.
3. Organizaciones patronales. Actúan para mejorar la posición del capital frente al trabajo, por lo tanto, ayudan a ascender la tasa de ganancia.
4. Exportación del capital. Impide que la acumulación de capital imprima todo su efecto depresivo en la tasa de ganancia.
5. Formación de monopolios. Los capitalistas individualmente forman monopolios para mejorar su propia tasa de ganancia.
6. Acción del Estado en beneficio del capital. Un ejemplo son las tarifas protectoras.

SWEEZY, CAPITULO 5: LA ACUMULACIÓN Y EL EJÉRCITO DE RESERVA

El capitulo comienza con la análisis de la estructura del capitalismo de Marx, que ha llamado “Reproducción simple”. Este concepto consiste en que la escala de la producción no cambia de un año a otro. Esta producción se divide en dos grandes ramas:
- Producción de medios de producción
- Producción de artículos de consumo

El capital constante empleado en la rama de artículos de consumo debe ser igual al capital variable más la plusvalía de la rama que producen los medios de producción. Es la condición básica de la “Revolución simple”, es la oferta total de mercancías.
Aparte de estas dos categorías de producción existe el ingreso, que se divide en tres categorías:
- El ingreso del capitalista que debe gastar en medios de producción para mantener su posición.
- El ingreso del capitalista que es libre de gastar en el consumo.
- El ingreso del trabajador.

Estos tres constituyen la demanda de mercancías.
Para que haya un equilibrio en este sistema, la suma de la demanda y de la oferta de mercancías debe balancearse. Este sistema no existe en la realidad. “La reproducción simple” omite de tener en cuenta el interés del capitalista a ampliar su capital, omite la acumulación del capital que constituye la fuerza motriz del desarrollo del capitalismo.
Un factor de los capitalistas para la acumulación es emplear los métodos técnicos más avanzados y eficientes. El objetivo es obtener más plusvalía. Marx la va a llamar la “Reproducción Ampliada”. Este concepto muestra la interrelación de las ofertas y las demandas cuando la acumulación se tiene en cuenta (cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía).
La acumulación conlleva un aumento de la demanda de fuerza de trabajo, pero la fuerza de trabajo no se vende a su valor, no hay igualdad entre fuerza de trabajo y salarios. La plusvalía depende de la diferencia entre el valor de la fuerza de trabajo y el valor de la mercancía que el trabajador produce.
La solución de Marx a este problema es el “Ejército de reserva de trabajo”. Consistente en obreros desocupados que, mediante su competencia activa en el mercado de trabajo, ejercen una presión constante hacia abajo en el nivel del salario. El empresario reduce el salario sustituyendo empleados por maquinas. El principio del ejército de reserva es independiente de cualquier suposición particular sobre la población para Marx. Es lo que lo opone a las teorías clásicas. En las teorías clásicas, los salarios se regulan según factores externos al sistema como la población.
En la teoría de Marx son principalmente las innovaciones tecnológicas las que se utilizan para economizar trabajo, como se recluta el ejército de reserva, y solo por la existencia continua del ejército de reserva deben existir la plusvalía y la clase que ella sostiene.

SWEEZY, CAPÍTULO 4: PLUSVALÍA Y CAPITALISMO

El sistema de producción de mercancías y el capitalismo no son la misma cosa; mientras que el capitalismo implica la producción de mercancías, la producción de mercancías no implica necesariamente capitalismo. Con el fin de aplicar la teoría del valor al análisis del capitalismo, Sweezy considera necesario examinar los rasgos que lo separan del concepto general de producción de mercancías.

1. El capitalismo.
Dos son las diferencias fundamentales entre ambos sistemas:
a) En la producción simple de mercancías cada productor “posee y trabaja con sus propios medios de producción; bajo el capitalismo la propiedad de los medios de producción corresponde a un conjunto de individuos, mientras que otro realiza el trabajo”.
b) La producción simple de mercancías sigue el esquema M-D-M (Mercancías-Dinero-Mercancías), mientras que el capitalismo se rige por D-M-D´ (Dinero-Mercancías-mayor cantidad de Dinero). Así pues, el capitalista sólo invertirá dinero si con ello cree que aumentará esta cantidad inicial. La diferencia entre D y D´ es lo que Marx denominara plusvalía, que “constituye el ingreso del capitalista como tal y suministra el fin directo y el incentivo determinante de la producción”.

2. El origen de la plusvalía.
Sweezy considera necesario, antes de analizar el origen de la plusvalía, analizar el valor de la mercancía fuerza de trabajo. La fuerza de trabajo es, en el sentido más estricto, el trabajador mismo; el contrato por el que éste se vende por un periodo de tiempo establecido. El valor de la fuerza de trabajo se determinará, como en el caso de cualquier otra mercancía, por el tiempo de trabajo empleado para su producción, por lo que será igual al valor de los medios de subsistencia necesarios para el mantenimiento del trabajador.
La plusvalía, apunta Sweezy, no puede surgir del mero proceso de circulación de mercancías ya que si todos pretendieran aumentar sus ganancias a través del aumento de los precios, lo único que se conseguiría es un aumento generalizado de los precios, del que nadie resultaría ganador. Tampoco ha de buscarse su raíz ni en los materiales ni en los edificios y máquinas empleados para la producción de la mercancía. La única posibilidad restante es que sea la fuerza de trabajo la fuente de la plusvalía.
Como ya se ha apuntado, el capitalista, cuando compra la fuerza de trabajo del obrero, lo que le paga es la suma correspondiente al valor de sus medios de subsistencia. La jornada laboral del obrero puede dividirse en dos etapas en relación a la producción de mercancías: trabajo necesario, que revierte en el salario del obrero (suma total del valor necesario para su subsistencia), y trabajo excedente, cuyo producto se apropia el capitalista en forma de plusvalía. De este modo, a través de la plusvalía, es como el capitalismo explota a gran parte de la producción a costa de los beneficios particulares de una minoría propietaria de los medios de producción.

3. Los componentes del valor.
Así pues, el valor total de la mercancía será la unión de tres elementos:
1) Capital constante: Valor de los materiales y la maquinaria usados (por lo que “no sufre, en el proceso de producción, ninguna alteración cuantitativa de su valor”).
2) Capital variable: Valor de la fuerza de trabajo (que sufre una “alteración de su valor”, esto es, la plusvalía).
3) Plusvalía.

4. La tasa de la plusvalía.
La tasa de la plusvalía se define como “la proporción de la plusvalía con respecto al capital variable”, por lo que es el resultado de dividir la plusvalía entre el capital variable. La magnitud de dicha tasa se ve condicionada por tres factores: la duración del día de trabajo, la cantidad de mercancías que entran en el salario real y la productividad del trabajo.

5. La composición orgánica del capital.
La composición orgánica del capital se define como “la medida de la relación del capital constante con el capital variable, en el capital total usado en la producción”, por lo que es el resultado de dividir el capital constante entre la suma del constante y el variable. La composición orgánica del capital estará determinada por: la tasa de los salarios reales, la productividad del trabajo, el nivel común de la técnica y la amplitud de la acumulación del capital en el trabajo.

6. La tasa de ganancia.
La tasa de ganancia supone para el capitalista la proporción crucial del proceso de producción y se calcula dividiendo la plusvalía entre la suma de los capitales constante y variable. A fin de simplificar la exposición teórica, Marx presupone que no existen los pagos derivados de la renta y que todo capital tiene un idéntico periodo concreto de rotación.
Teniendo en cuenta que todo capitalista que saque mayor beneficio que el resto de su capital constante disfrutará de una mayor tasa de plusvalía y, por tanto, una mayor tasa de ganancia que la de los demás. Como las suposiciones de iguales tasas de plusvalía y tasas de ganancia pueden suponerse (ya que se basan en tendencias reales existentes en la producción capitalista) pero las de las composiciones orgánicas del capital no, es inevitable la conclusión de que la ley del valor no ejerce control directo en el mundo real de la producción capitalista.

SWEEZY, CAPÍTULO 3: EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO

1. El primer paso.
En toda sociedad el trabajo se aplica a la producción y los productos se distribuyen entre la población; lo que cambia a lo largo de la historia es el modo de gestionar dichas acciones. En la sociedad productora de mercancías es el valor del cambio el que rige la asignación de la actividad productiva.
Marx supone la existencia de una correspondencia exacta entre las proporciones de cambio y las de tiempo de trabajo, aclarando:
a) Que esta asignación de valor debe basarse en el tiempo “socialmente necesario”, esto es, en condiciones normales.
b) Que el trabajo más calificado, sea por habilidad natural o por entrenamiento, que el trabajo medio debe tener la capacidad de aumentar proporcionalmente el valor del producto. Sin embargo, dado que desde el punto de partida del análisis marxista las diferencias entre trabajo calificado y no calificado no eran esenciales, ignorarlas era una “abstracción pertinente”.

2. El papel de la competencia.
A través de la clásica metáfora del ciervo y el castor, Sweezy explica cómo en una sociedad de producción simple de mercancías, la oferta y la demanda estarán equilibradas sólo cuando el precio de cada mercancía sea proporcional al tiempo de trabajo requerido para producirla. En palabras de Marx “en el momento en que la oferta y la demanda se equilibran mutuamente y, por lo mismo, cesan de actuar, el precio de mercado de una mercancía coincide con su valor real”.

3. El papel de la demanda.
En términos de equilibrio económico, es necesario destacar el papel que juega la demanda social de un bien. Por tanto, para determinar este equilibrio es necesario no sólo necesario conocer información sobre costo relativo en trabajo sino también información sobre la intensidad relativa de la demanda.
Sin embargo, el desdén de Marx por los problemas derivados por la opción de los consumidores ha sido objeto de muchas críticas posteriores. Aun con esto, esta visión marxista ha encontrado un amplio apoyo en tendencias recientes del pensamiento económico como la de Schumpeter y los keynesianos.

4. “Ley del valor” vs. “Principio de planeación”.
La ley del valor resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías en la que sus productores privados satisfacen sus necesidades por el cambio entre ellos. Estas fuerzas son, por un lado, “la productividad del trabajo en las diferentes ramas de la producción y la norma de las necesidades sociales modificada por la distribución del ingreso” y, por otro, la oferta y la demanda como fuerzas equilibradoras del mercado. Por ello, la ley del mercado aclara que, aunque las decisiones económicas no se tomen de modo centralizado, existe el orden más allá del caos aparente.
Mientras que esta ley no sirve para entender un entramado económico como el capitalismo, pierde todo su valor si se habla de un sistema económico como el socialista, cuya actividad productiva es sometida a un control consciente. Es en ese caso en el que el principio de planeación sustituye a la ley del valor.

5. El valor y el precio de producción.
El precio, según Marx, no sería otra cosa que la expresión monetaria del valor, mientras que los precios de producción serían modificaciones de los valores. Dado que los precios de producción se derivan de los valores de acuerdo con ciertas reglas generales, la teoría del precio de la producción se basaría en la teoría del valor hasta el punto de que no tendría sentido fuera de ella.

6. Precio de monopolio.
En situación de monopolio, la ley del valor como reguladora de las relaciones cuantitativas de producción y de cambio pierde su eficacia casi por completo; al contrario que la relación precio de producción-valor, las discrepancias entre el precio de monopolio y el valor no están sometidas a ninguna regla general.

SWEEZY, CAPÍTULO 2: EL PROBLEMA DEL VALOR CUANTITATIVO

Marx define la mercancía como lo producido por el hombre para el cambio. Dice que el cambio es el que produce la división del trabajo y que aunque la producción de mercancías no es una expresión directa del hombre, sí es la forma inevitable de vida económica, estando condicionada históricamente. En contraposición está Adam Smith, que dice que la causa del aumento de la producción está en la división del trabajo. Así es ésta la que provoca el cambio, y no la producción, como diría Marx. Para éste último, la producción esconde relaciones sociales subyacentes, ya que las mercancías son fruto de distintos trabajos relacionados entre sí, y es el economista el que debe descubrirlas, afirmando que la economía política ha de adquirir también carácter cualitativo y no sólo cuantitativo. Es aquí donde los métodos de economía política toman relevancia más allá de lo puramente cuantitativo, y pasan a los cualitativos. El valor de cambio de Smith es de validez cuantitativa, pero la economía política de Marx contiene elementos cualitativos:

- Valor de uso (de utilidad): Es la relación que existe entre el consumidor y el objeto consumido, es lo que ahora se llamaría “utilidad”, y Marx lo apartaba de su estudio de economía política. Pero esto no resta valor al valor de uso en la economía política, sino que es igualmente esencial para la producción, para el consumo, por lo que no aparece excluido de los factores que dictan los fenómenos económicos.

- Valor de cambio (que producido por la división del trabajo y la producción privada) como forma exterior de relación social entre los propietarios de mercancías y los productores individuales que trabajan aisladamente de los primeros. Aquí también existe un valor oculto en las mercancías, que es el trabajo abstracto (importante concepto en el pensamiento de Marx al ser el denominador común de todas las mercancías), una abstracción del propio capitalismo y no dictada por Marx, dice Sweezy. Así, la importancia del volumen total de la fuerza de trabajo social y de su nivel general de desarrollo, provee una porción de trabajo humano respecto a la demanda cambiante del capitalismo. Dice que la indiferencia es típica en la sociedad capitalista en cuanto a los particulares trabajos, donde los individuos pasan fácilmente de un trabajo a otro para generar riqueza.

- Trabajo y valor: El trabajo tiene dos aspectos clave, uno correspondiente al valor de uso, y otro al valor de la mercancía que produce. La relación existente del valor con el trabajo es cualitativamente una parte misma del trabajo pues es fuerza humana creadora de mercancías. Por otro lado, es fuerza humana gastada en torno a un fin específico, siendo un atributo útil que produce esos valores de uso.

- Trabajo abstracto: Este concepto hace referencia, en palabras textuales de Marx, al “trabajo en general”. Esto permite comprobar que la suma de la fuerza de trabajo social susceptible de transferencia de un uso a otro de acuerdo con la necesidad social, y de cuya magnitud y desarrollo depende en última instancia la capacidad productora de riqueza de la sociedad. Presupone que el capitalismo es una fuerza muy superior a las demás formas anteriores de sociedad.

- La relación de lo cuantitativo con lo cualitativo en la teoría del valor: Es obvio que las tareas más significativas del ámbito cuantitativo están basadas en datos de análisis cualitativo, y a esto llegó Marx tras su periplo metodológico, que le hizo modificar poco a poco sus ideas y perfeccionarlas. Y es que, por el mero hecho de que una mercancía es un valor, ha tomado parte de la actividad que produce la riqueza de la sociedad, y aquí las simplificaciones en abstracto, como conceptos cualitativos, sirven como categoría cuantitativa, diferente del valor de cambio, que a su vez proporciona la magnitud del valor de cambio.

- El carácter fetichista de las mercancías: Marx dijo en El Capital que la relación entre los hombres en la producción de mercancías “adopta, a sus ojos, la fantástica forma de una relación entre las cosas”. Y esto sólo es alcanzable cuando llegados a un punto en la historia en el que la producción de mercancías está tan desarrollada que su materialización en las relaciones sociales es concluyente. Y de esta manera el orden social derivado de ello se convierte en, según Lukacs, una “segunda naturaleza”. Y es que, además, se ve al sistema actual como verdadero, como óptimo, y a los demás anteriores sólo como meras fases imperfectas, antesalas del capitalismo perfecto y puro en todas sus categorías, dando poder autónomo a cada uno de los factores de producción, pero que no deja de ser una mistificación del modo de producción capitalista.

Sweezy dice que aquellos defensores del capitalismo, los que viven bajo sus formas, admiten al mismo como una representación de las relaciones sociales. Es decir, que aunque se puedan hallar ocultas, las relaciones sociales derivadas del sistema capitalista a dado otra racionalidad a la economía dejando ver que sin el capitalismo el desarrollo sería inimaginable. Pero es que, del mismo modo, afirmamos y reconocemos, casi sin pensar en ello, que cada uno somos propietarios de una mercancía, y los que sólo disponen de la del trabajo no están ya exactamente en el plano igualitario, que se supone determina el capitalismo y la teorización del concepto de mercancía, pues el que posee sólo su fuerza de trabajo está por debajo del terrateniente y no sabe que está obligado, subyugado, a las condiciones prescritas por los que poseen los medios de producción; es decir, está siendo explotado.

SWEEZY, CAPITULO 1. EL MÉTODO DE MARX

EL USO DE LA ABSTRACCIÓN:

La metodología económica utilizada por Marx era abstracto-deductivo (“aproximaciones sucesivas”), acercándose desde lo más genérico a lo concreto. Existen dos premisas básicas de esta idea marxista:
- Qué problema es: lo que se examina
- Características de los elementos del problema, de lo que se examina. Pero con ciertos límites ya que de algunos elementos nos podemos abstraer pero de otros no.

Los diferentes economistas que han estudiado casos semejantes, no han incurrido en los mismos elementos, y ello significa que no hay dos investigadores que aborden de igual un problema o que usen los mismos elementos.

Hegel, en su obra Filosofía en la Historia, cree necesario demarcar qué es lo esencial en una investigación y lo que no lo es (eso la tarea específica de la abstracción). Esto es una tarea difícil, pero es la forma de llevarlo a cabo: formulando hipótesis que nos lleven a comprobar empíricamente que esas conclusiones que hemos manejado son lo esencial.

Marx deja claro cuál es el problema que trata: la sociedad en su conjunto y el proceso de cambio social. No se centra en términos económicos, pero sí en la interrelación entre lo que son términos económicos y lo que no en la existencia social. Y concluyó que la clave del cambio estaba en los modos de producción, centrando, así, su estudio en la economía política.

A partir de entonces, Marx asimila la idea hegeliana sobre el conflicto entre fuerzas opuestas, pero abarcándola desde la historia. Entonces, en este punto, es de donde salen esos elementos esenciales a ser estudiados: las fuerzas económicas, que se muestran como acción en los conflictos de clase dentro del capitalismo, así como en fases históricamente anteriores. Marx: “el capital es la fuerza que todo lo domina en la sociedad burguesa”; la relación económica más importante es la que existe entre obreros y capitalistas: “la relación entre el trabajo asalariado y el capital determina todo el carácter del modo de producción”; culminando en su Manifiesto: “la sociedad en su conjunto se divide cada vez más en dos campos hostiles, en dos grandes clases que se enfrentan una a otra: la burguesía y el proletariado”. Este es el centro de su investigación.

Dos pasos:
1. las relaciones sociales que no sean las del capital y el trabajo se han de aislar temporalmente para considerarlas después una a una.
2. la relación entre capital y trabajo debe reducirse a la forma más importante. Ha de referirse a las tendencias estructurales de toda la sociedad en términos de formar parte de según qué categorías económicas, y de las relaciones e intereses de clase.

Relacion entre capital y trabajo: Marx explica que el capitalista compra la fuerza de trabajo al obrero, que recibe del primero dinero a cambio con lo que poder vivir. Esta es la esencia de la Economía Política de Marx. El Capital: “las mercancías” son todo aquello que se cambia, y analizarlas implica también hacerlo con la relación entre el cambio y el valor del mismo, junto con una observación del dinero.

Tres preguntas nos son relativas a estas simplificaciones abstractivas:
1. ¿están hechas con la debida consideración del problema que se estudia?
2. ¿eliminan los elementos no esenciales del problema?
3. ¿se abstienen de eliminar los elementos esenciales?


EL CARÁCTER HISTÓRICO DEL PENSAMINETO DE MARX

El proceso de cambio es congénito a las relaciones determinadas. El cambio social es un proceso histórico, que en origen no conoce su fin, sobre lo que Marx añade que “lo único inmutable es la abstracción del movimiento”. Sin embargo, el proceso del cambio social es producto de la acción humana limitada por la clase de sociedad en que tiene lugar. Esto le conduce a una crítica de la sociedad, incluyendo la actual.

El proceso del cambio social es más bien el producto de la acción humana, pero de una acción que está limitada.

La desaparición eventual del capitalismo, que a menudo se acepta en nuestros días, se considera en mucho del mismo modo que el eventual enfriamiento del sol, es decir, se niega su relación con los hechos contemporáneos. Desde el punto de vista se puede entender y críticas lo que pasa dentro del marco del sistema; pero no se puede entender ni evaluar lo que le pasa al sistema mismo.Para el marxista, el carácter transitorio del capitalismo, hace que pueda permanecer fuera del sistema y criticarlo en su conjunto. Además, puesto que la acción humana misma es responsable de los cambios que el sistema sufre y sufrirá, una actitud crítica es no sólo intelectualmente posible, sino también moralmente significativa y, lo que no es menos, prácticamente importante.